Opeval presentó aplaudido concierto, que fusionó lo clásico y lo popular, en el Teatro Municipal.
Con un repertorio variado entre lo clásico y lo popular, con sorprendentes números de guitarras y vientos, pero, por sobre todo, con la emoción a flor de piel, fue la jornada de vuelta a los escenarios de la Orquesta Pública Estudiantil de Valparaíso, liderada por el maestro Francisco Villalobos.
Tras dos años de pandemia, que los obligó a remitirse a ensayos y presentaciones menores, lo que vivieron los alumnos del SLEP Valparaíso fue casi un sueño hecho realidad, y los múltiples aplausos, de un Teatro Municipal porteño, a importante capacidad de aforo, así lo demostró. El denominado “Concierto de Otoño”, resultó un éxito.
Tarde artística que provocó el entusiasmo de familiares, amantes de la música y uno que otro curioso que transitaba por el centro y vio el anuncio del espectáculo.
Diana Aranda, madre de una de las intérpretes, momentos antes del espectáculo comentaba que “estuvieron mucho tiempo sin una actividad masiva, entonces esto está super bien, porque se pueden mostrar. Hay muchas ganas, porque volver a que todos los vean, la preparación, los ensayos, están emocionados”.
Reflexiones que compartió Iris Navarro, quien es madre de la trompetista Noelía Torres, pero que ya tuvo además otros dos hijos brillando en Opeval: César y Gonzalo. Tradición familiar que, en esta vuelta a los escenarios, la tenía “con una emoción muy grande. Me siento muy orgullosa de mis hijos, de muy pequeñitos estuvieron ligados a la música, y creo que esto es muy sano para ellos. Me siento muy contenta e incluso hoy vine con mi padre de 88 años”.
Por su parte el pequeño violonchelista Kurt Bruning, quien es aspirante a ser parte de la orquesta en unos años, encontró que esta vuelta a tocar es “maravillosa”. “A Valparaíso le hace falta estos baños de cultura y que los chicos también lo experimenten”, agregó su mamá, Joanna Vergara.
Música para todos
Óscar Pérez, en tanto, reveló que fue la fortuna lo que lo llevó al espectáculo: “Me enteré pasando por fuera, iba de compras”. Agregó que le llamó la atención el letrero “así, que vengo a ver a los chiquillos, me parece fantástico que vuelvan”.
Por su parte Rosa Inostroza, quien se enteró por sus hijas –alumnas del Liceo Bicentenario- del evento, “a nosotros nos interesó mucho, a mi hija le gusta la música y ella en realidad le gustaría integrar esta orquesta, entonces vinimos a ver de qué se trataba (…) a mí me parece súper que se pueda hacer esto, porque los chiquillos en la casa ya no dan más”.
En la oportunidad el Director Ejecutivo (s) del SLEP, Daslav Mihovilovic, aseguró que se trata de una agrupación de “primerísima calidad” y aprovechó de agradecer la motivación de los y las estudiantes, la enseñanza vital de sus profesores, pero especialmente el apoyo constante de sus padres y apoderados, quienes son la arista fundamental para el éxito artístico. “La educación de calidad es posible, basta con escuchar a estos músicos”, finalizó.
De cara al futuro, Villalobos confesó que, apenas terminado este acto, renuevan repertorio y se ponen a trabajar en la presentación correspondiente a la estación invernal, la que se hará en agosto, en el mismo recinto municipal.