“Que el entorno no sea su enemigo”. Con esa premisa como punto de inicio, y soñando con una futura reinserción escolar, más de una veintena de profesionales de SLEP de Valparaíso está trabajando en el programa de revinculación educativa que ha promovido el Ministerio de Educación con el objetivo de reparar trayectorias que, por algún u otro motivo, han sido interrumpidas.
Duro trabajo y de extrema sensibilidad que está liderando un equipo multidisciplinario (de sociólogos, psicólogos, docentes, trabajadores sociales, entre otros) y que ya avanzó en sus primeros e importantes pasos. El primero de ellos organizarse en la hora de ruta para el trabajo, luego buscar niños y jóvenes que hayan desertado del sistema y, muy relevante, disponer de un espacio dónde recibirlos y comenzar a trabajar con ellos sobre sus emociones y anhelos.
María Paz Balbontín, socióloga a cargo del programa, explica que “un aula de reingreso es poder motivar a los chiquillos que tienen trayectorias educativas interrumpidas, es buscarlos a través de gestores territoriales, traerlos para que ellos puedan hacer un compromiso con la dupla que está acá (de un docente y una psicóloga), y puedan seguir con una educación regular. Que sea este el primer contacto. El fin último es lo pedagógico, pero lo primero es generar este vínculo afectivo, entendiendo las realidades complejas que tienen los jóvenes”.
Consultada sobre la instalación del aula que acogerá a quienes se hagan parte de la estrategia, comentó que “vinimos a CEIA (Centro de Educación Integrada de Adultos) porque ellos ya tienen una experiencia de una sala de reencuentro, entonces a partir de las conversaciones con la directora (Elsa Cortez), nace la iniciativa de implementar dos aulas de reingreso y propusimos implementarla acá (…) El programa contempla la implementación de mobiliario y material pedagógico, y el CEIA habilita esta aula que estaba cerrada: limpiaron, trajeron los muebles y funcionará en las tardes, de aquí a fin de año”.
Belén Galindo, trabajadora social a cargo de la gestión, monitoreo y supervisión de los gestores territoriales comenta que “el proceso ha sido complejo porque el contacto con los chiquillos ha sido arduo. Ha sido difícil encontrarlos y hemos tenido que implementar distintas estrategias para cruzar información. Los gestores han cruzado Valparaíso entero buscando a los chicos, pero es satisfactorio cuando encontramos a alguien”.
Comenta que a veces se encuentran “con historias de mucho dolor, pero hay familias que estaban esperando que les tocaran las puertas y les dieran alternativas para poder vincularse nuevamente. No obstante, las recepciones son diversas, porque también hay otros que, por la cantidad de tiempo que llevan desvinculados, ya no hay interés en retomar los estudios y prefieren seguir trabajando”.
Un espacio de confianza
Carolina Soto, psicóloga del aula de reingreso, cuenta que “los chiquillos llegan cautelosos debido a una trayectoria de malas experiencias previas, ya sea con los pares o con los profesores. Todo el sistema escolar les falló, por eso no están escolarizados y llegan acá; entonces llegan recelosos, observando mucho. Lo más importante y lo primero es la vinculación, no podríamos realizar ningún trabajo con ellos si primero no nos conectamos”.
Agrega que se centran “en averiguar cuál es la trayectoria educativa, qué es lo que pasó en su colegio anterior y en sus habilidades: centrarnos en lo positivo, en sus recursos; porque pese a que tienen la autoestima baja, saben cosas y hay que reforzarles esa idea. Todos sabemos cosas distintas, entonces nos enfocamos en sus intereses y habilidades y desde ahí trazar esta ruta de aprendizaje o ver estrategias de vinculación”.
Quien está a cargo del aspecto docente, Camilo Thiess, asegura que “en esta fase de implementación es clave lograr confianzas, porque nos estamos haciendo cargo de una crisis estructural del sistema educacional que queda en evidencia, pero en esta primera instancia es clave la psicóloga para identificar y dar los pasos claves y precisos en relación a lo que el muchacho siente”.
Destaca aquí que es imperativo que él o la estudiante “construya el aula. Lo que tenemos es un espacio, el aula la van a hacer ellos (…) Lo que se necesita ahora es la construcción de una comunidad escolar, donde es fundamental la horizontalidad de todos los protagonistas, porque sino no hay transformación, algo que exige el aula de reingreso”.
Finalmente Camilo Plaza, coordinador de datos y análisis, agrega que ha sido un trabajo de largo aliento generar todas las condiciones actuales: “Mi rol ha sido coordinar la implementación en términos de mobiliario o material pedagógico, qué era lo necesario para levantar el aula, ver el tema administrativo y coordinar la llegada de las cosas. Además, veo con las gestoras cómo van las visitas y poder hacer un perfil de estos chiquillos”.
En lo inmediato, el programa seguirá con la captación de posibles nuevos alumnos en noviembre, centrándose en el seguimiento de casos, pues pese a que ha habido alto interés, por muchas circunstancias a veces los y las alumnas terminan por no llegar.
Además, el próximo viernes 17, de 10.30 a 13.30 hora en el Parque Italia de Valparaíso, el equipo participará de una Feria de Revinculación Educativa, en la cual dirán presentes diversos organismos gubernamentales.